A propósito de Steve Jobs …

Steve Jobs

Cuando leo sobre Steve Jobs se me antoja pensar que en el mundo en que vivimos hay cientos, por que no miles y quizás algo más de seres que como el son capaces de transformar el mundo. Solo les hace falta, no la palanca de Arquímedes sino el entorno que les permita desarrollar su intelecto creador y “dar rienda suelta a la loca de la casa”, siguiendo el decir de Voltaire inmortalizado en la obra homónima de Benito Pérez Galdos.

Sobre Steve Jobs

Y ese medio-ambiente propicio puede ser un desaliñado garaje que como en el caso de Jobs acogió su genialidad. Allí desarrollaron las primeras 50 máquinas que revolucionarían el mundo de la informática, y por que no de los destinos del hombre. Y es que con su filosofía de alcanzar las cumbres de lo inalcanzable, llegar a la perfección y no estar satisfecho, sino que solo le sirviera como escalón para el próximo paso dio lugar a transformaciones revolucionarias de la visión del hombre contemporáneo sobre la tecnología informática. Para el la calidad era un deber sagrado con profundas simientes en un buen diseño, y al respecto expresó: “La gente piensa que el diseño no es importante, que es una simple decoración de interiores. Para mí, nada es más importante en el futuro que el diseño, es el alma de todo lo creado por el hombre”. Y a renglón seguido puntualizó: “Cuando eres un carpintero haciendo un mueble hermoso, no vas a usar un pedazo de mala madera para la parte trasera, pese a que esté pegada a la pared y nadie la vea. Tú sabes que está ahí. Para dormir bien por la noche, la estética, la calidad, tienen que ser llevadas hasta el final”. He aquí un frase que pinta de pies a cabeza a Steve Jobs.

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